Una de las visitas imprescindibles cerca de Narbona es la Abadía de Fontfroide, impresionante conjunto monumental de finales del siglo XI
Después de pasar toda la mañana visitando la ciudad de Narbonne, cogimos el coche y nos dirigimos a la Abadía de Fontfroide, situada a 14 kilómetros del centro de la ciudad y sin duda uno de los mayores reclamos turísticos de esta zona de Occitania.
Si pasáis unos días en Narbonne os dejamos la opinión del Zenitude Hotel Résidences Narbonne, que es donde dormimos nosotros.
El camino desde Narbonne hasta la abadía es muy agradable y destacan los grandes viñedos rojizos en otoño, que encontramos en la parte final y a los que no dudamos en hacer una parada rápida para sacar la cámara de su funda.
Visita a la Abadía de Fontfroide
Llegamos sin problemas a nuestro destino, Google Maps casi nunca falla, y dejamos el coche en el parking gratuito que hay justo en la entrada de la Abadía de Fontfroide.
Siempre se agradece un lugar para dejar el coche sin tener que pagar, pero es verdad que el estado del parking, lleno de baches, bien merece una pequeña actuación para que los coches bajos como el nuestros no se los dejen allí.
Precios y horarios de la Abadía de Fontfroide
Lo primero que hemos de hacer al llegar a la Abadía de Fontfroide es pasar por caja y comprar la entrada que nos dará derecho a acceder al recinto.
El precio de la entrada general a la Abadía de Fontfroide es de 11,50€. Con algunos descuentos que nos informaran en taquilla tanto para menores, gente de más de 65 años y grupos.
El H¡horario de la Abadía es el siguiente:
- Julio y Agosto: de 9:30 hasta las 19h
- Abril, Mayo, Junio, Septiembre y octubre: de 10h hasta las 18h
- de Noviembre a Marzo: de 10h a 12h y de 13:30 hasta las 17:00
Cómo veis en los meses de invierno es bastante reducido, así que tendremos que ir con cuidado para no encontrarnos la abadía cerrada y tener tiempo suficiente para poderla visitar. El tiempo recomendado para hacer la visita por nuestra cuenta con audioguía es de 1 hora y media.
En la Abadía en Fontfroide no se permite la entrada de perros, esto sí, en la entrada de la misma hay una perrera para dejarlos allí en el caso de hacer el viaje con ellos.
Recorrido por la Abadía de Fontfroide
Historia de la Abadía de Fontfride
La Abadía de Fontfroide fue fundada en el año 1093 como un monasterio benedictino, pero no fue hasta el año 1145 que se integró dentro de la orden cistercense con la llegada al lugar de San Bernardo de Claraval en Lleguadoc.
El monasterio fue creciendo rápidamente en importancia y tomó un papel muy relevante en la lucha contra los cátaros, cruzada que empezó en 1208 con el asesinato de Pierre de Castelnau, monje de la abadía de Fontfroide y legado del Papa.
Tras unos años de esplendor, llegando a su máxima expresión en el año 1334 con el nombramiento del Abad Jacques Fournier en Papa (Benedicto XIII) la abadía empezó su época más tenebrosa y decadente a partir de 1348 donde una epidemia de peste negra redujo la comunidad a no más de 20 monjes.
Esta decadencia se acentuó durante la Edad Media y sobretodo la Revolución Francesa siendo abandonada por completo en el año 1791. Después de varios intentos de recuperarla en el año 1908 Gustave y Madeleine Foyet compran y restauran la abadía siendo actualmente sus descendientes quienes gestionan este lugar.
Visita a la abadía, guiada o con audioguía
Si no tenemos la suerte de coincidir con una visita guiada en la entrada nos darán unas tablets que funcionan de audioguía en varios idiomas, que nos darán la información relevante de cada lugar que visitamos.
La visita a la Abadía, también muy bien indicada en el mapa que nos dan a la entrada se divide en 12 secciones de las que os damos algunas pinceladas:
Patio del Honor
Lugar que nos da la bienvenida a la abadía y donde pasamos el control de la entrada. Este patio se creo entre los siglos XVII y XVIII y en él podemos ver los ventanales con parteluces de estilo renacentista de las viviendas abaciales.
Refectorio de los legos
En las abadías cistercienses conviven monjes y legos. En este gran refectorio de finales del siglo XII podían coincidir más de 250 legos.
Según la regla de San Benedicto los monjes no pueden salir del monasterio, por lo que había otra figura, los legos, que normalmente eran campesinos analfabetos que tenían unas obligaciones litúrgicas mucho menos rígidas que los monjes y podían salir del monasterio para hacer tareas en el campo.
Patio del Trabajo o Patio de Luis XIV
En este patio es donde se albergaban los talleres de forja, carpintería y actividades de recogida de agua del pozo. Esto es relevante ya que un monasterio, si quitamos la figura de los legos, vive prácticamente aislado del mundo y es necesario que prácticamente se auto abastezca.
El pozo que abastecía la abadía daba una agua tan fría que acabo dandole nombre (la traducción de Fontfroide es Fuente Fría).
El actual aspecto rectangular y clásico del patio viene del siglo XVIII, cuando la abadía ya estaba decayendo y solo quedaban en su interior algunos pocos monjes y ningún lego.
Callejón de los legos
Pasillo que marca la frontera entre los edificios conventuales y los de los legos. Lo más destacable de esta zona es la bóveda de medio cañón considerada como única.
Claustro
Lugar central de la abadía y corazón tanto de la vida material como espiritual. Aunque en sus inicios presenta un estilo románico bastante austero a medida que iba adquiriendo importancia y relevancia los dominios que dependían de Fontfroide hicieron que la decoración de la abadía y el propio claustro fueran perdiendo esta austeridad.C
Como detalle, el claustro presenta 2 estilos arquitectónicos diferenciados, gótico y románico, lo que supone que se construyó al menos estas dos etapas.
En la galería oeste del claustro podemos ver una tiara que viene a recordar que Jacques Fournier, que fue abad de Fontfroide entre 1311 y 1317 se convirtió en el tercer Papa de Aviñón con el nombre de Benedicto XIII.
Iglesia Abacial
Iglesia de 20 metros de altura y más de 50 de longitud que servía para que los monjes de la abadía cumpliesen sus obligaciones litúrgicas de ir varias veces al día a orar.
La iglesia original ha sufrido varias remodelaciones con el paso de los años, como la construcción de 5 capillas en el siglo XIV. Los actuales vidrieras que podemos ver, que son muy bonitas, son de principios del siglo XX después de que Gustave Fayet comprara el recinto.
También es destacable la Capilla de los Muertos o Capilla de San Bernardo, construida como legado a Oliver de Termes (siglo XII) que dejo casi todos los bienes después de su muerte.
Oliver de Termes, fue un señor feudal y caballero que lucho activamente en la cruzada albigenense en defensa del catarismo. También fue un fiel cruzado del rey Luis IX.
Sala capitular
Sala donde todos los monjes de la abadía se reunían a diario para cantar a primera hora del día sentados alrededor del abad.
En este lugar podemos ver como 9 arcos románicos que son sostenidos por 4 columnas de mármol.
Dormitorio de los legos y la gran escalera
Cómo bien indica el nombre del lugar nos encontramos en el lugar donde dormían los legos. El actual espacio que podemos visitar es 3 veces más corto que el orginal. El fondo del dormitorio también servía de granero, ya que allí es donde los legos subían los sacos de grano que eran demasiado frágiles para estar en la despensa.
Despensa y su puerta románica
La puerta, claro ejemplo de la arquitectura románica era el único acceso a la abadía durante la edad media. Ahora da acceso a la sala que servía de despensa donde destaca la amplitud de las paredes que servía para aislar lo máximo posible el interior de la despensa y así conservar mejor los alimentos.
Capilla de los extranjeros
Volvemos de nuevo al exterior de la nave principal y encontramos un edificio un poco separado del resto que se trata de la capilla destinada a visitantes y peregrinos que no podrían accedes a la iglesia abacial.
Aunque sin una certeza exacta se cree que este edificio, que es el único que queda en pie de la construcción original. También fue la primera iglesia de la Abadía de Fontfroide.
Rosaleda
Nos dirigimos hacia los jardines de la abadía y lo primero que nos encontramos es una rosaleda con más de 2500 rosales que fue rehabilitada en 1990 después de que sufrieran un incendio.
Los 2500 rosales son de 14 variedades diferentes entre las que podemos destacar al Rosa de los Cistercienses y la Rosa de Fontfroide, creada en 2013 especialmente para la abdía.
Jardines en terraza
La última parte visitable de la abadía son los jardines, que diriguen directamente al torno que dará por concluida nuestra visita. Estos jardines en terrazas fechan del siglo XVI fueron también remodelados por la familia Fayet al comprar la abadía y colocaron varias estatuas de mármol y fuentes.
Los jardines de la Abadía de Fontfroide están clasificados como Jardines Remarcables y Refuge LOP , Refugio de la Liga de protección de las aves.
Sin tiempo para más regresamos de nuevo al parking para regresar a nuestro hotel en Narbonne. En el reciento de la abadía también encontramos una bodedga (Bodega de Fontfroide) con venta y cata de vinos y el restaurante La Table de Fontfroide, pero nosotros no llegamos a entrar en ellos.
Esperamos que os sea útil nuestro post sobre la Abadía de Fontfroide. Os animamos a seguir leyendo otros artículos sobre Narbonne y nuestra escapada por el Sur de Francia.
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