Te contamos qué ver en Llívia, pequeña localidad de la Cerdanya, perteneciente a Girona pero en suelo francés.
En nuestra escapada de fin de semana por la Cerdanya, después de visitar Puigcerdà, nos acercamos hasta Llívia, pequeño localidad a escaso 10 minutos de la capital de la comarca.
Llívia es uno de los pueblos considerados como más bonitos de los Pirineos y tiene la particularidad que, aunque pertenece a Catalunya, está completamente rodeado de territorio francés.
Que Llívia sea un enclave de Catalunya en suelo francés es debido al Tratado de los Pirineos de (1659) y al posterior Tratado de Llívia (1660) en el que España cedió la soberanía a Francia de varios pueblos de la Cerdanya. Digamos que por un error técnico, al ser Llívia una villa y no un pueblo permaneció bajo soberanía española con la única condición que no fuese fortificada.
Aparte de esta curiosidad, que ya de por sí lo convierten en especial, os contamos qué ver en Llívia en una mañana de turismo por sus calles.
1. Castillo de Llívia y su mirador
En lo alto de una colina, que se llega desde el aparcamiento de la Iglesia, encontramos los restos de un antiguo castillo que fue arrasado por las tropas del rey francés Luís XI en 1478.
Construido en el siglo XII y reformado entre los siglos XIII y XIV estamos ante una fortaleza con un alto valor estratégico y sede de muchas batallas de la época.
Después de casi 20 años de trabajo de restauración , desde el año 2013 se pueden visitar los restos que quedan de su planta y muros exteriores.
Para acceder al Castillo de Llívia tenemos un camino indicado en el mismo parking de la Iglesia. Son 15 minutos de subida por un camino que no tiene dificultad (nosotros lo hicimos con nuestro Eric de apenas 2 meses en su mochila). Ojo que si vamos en coche el Maps nos lleva hasta un camino que no hay acceso. Nosotros nos tuvimos que dar media vuelta ya que inicialmente seguimos el navegador.
Aunque el castillo tiene su historia, probablemente lo más espectacular del recorrido son las vistas que tenemos de la villa de Llívia desde lo alto de la colina.
2. Farmacia Esteve, el Museo Municipal
En el Museo Municipal de Llívia, situado a los pies de la Torre Bernat So y la iglesia, encontramos el mobiliario de la Farmacia Esteve, fundada en 1594 y que es considerada la más antigua conservada de todo Europa.
En el mismo museo, inaugurado en 1980, encontramos también algunas de las piezas arqueológicas, etnológicas y documentales que nos muestran parte de la historia de Llívia.
El precio de la entrada de adulto al Museo de Llívia es de 3,50€ . En la página web oficial del museo podéis hacer hasta una visita virtual por el mismo.
3. La Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles
El edificio más reconocible de Llívia es su iglesia parroquial. La Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles fue construida en la primera mitad del siglo XVII (se inauguró en 1616) sobre los restos de un antiguo templo del siglo XII.
Lo más destacable es su fachada de estilo renacentista y su inconfundible campanario adosado al edificio principal de nave única.
Cómo curiosidad, en Catalunya en Miniatura encontramos una maqueta de esta iglesia. Seguro que en unos años nos toca ir con Eric a visitarla.
4. Torre de Bernat So
Junto a la iglesia encontramos otro de los edificios reconocibles de Llívia. La Torre de Bernat So es un edificio militar del siglo XV, que durante muchos años funcionó como cárcel real.
Aparte de su uso carcelario, en los más de 500 años de historia de este edificio, ha tenido funciones tan diversas como de farmacia, ayuntamiento (Casa de la Vila), siendo hoy en día la sede del Patronato del Museo Municipal.
5. Ciudad y Foro Romano de Iulia líbica
Otro de los lugares de una gran importancia histórica de Llivia es el yacimiento de Ciudad de Iulia líbico.
Foro romano de fundación augustea o tiberiana, su época de esplendor hay que situarla durante los siglos I-II d. C. Entre sus restos encontramos vasijas, utensilios y monedas acuñadas de Julio Cesar y otros emperadores romanos.
6. Pasear por el casco antiguo de Llívia
Llívia no es una población muy grande, ya que apenas sobrepasa los 1.000 habitantes. Si vamos de visita por la localidad siempre es interesantes darse una vuelta por sus empinadas calles, en las que aparte del museo y la iglesia encontramos el encanto típico de los pueblos de la Cerdanya.
Sus casitas de invierno de piedra, madera y pizarra rodeadas de un verde intenso, cuando no nevado, son también el paraíso para quienes solo buscan unos días de relax.
Llívia es una localidad con bastante ambiente en los meses de verano y durante la temporada de ski. La oferta de bares y restaurantes es bastante completa pese a la reducida dimensión del pueblo.
7. Esquiar y deportes de aventura cerca de Llívia
Cómo la mayoría de pueblos del Pirineo, su temporada alta es en invierno coincidiendo con la práctica de los deportes donde la nieve es la protagonista.
Cerca de Llívia haya varias pistas de ski muy importantes en los Pirineos, como son La Molina (24km), La Masella (22km), Font Romeu (10km) y Les Angles (29km)
Dónde comer en Llívia: Raval 13
La verdad es que cuando miramos sitios para comer en Llívia nos quedamos sorprendidos por la gran cantidad de buenos restaurantes que hay, con muy buenas puntuaciones en las páginas web que solemos mirar para ver opciones para comer.
El que nos llamó más la atención fue el Raval 13, así que el día anterior reservamos mesa, para evitar quedarnos sin.
Situado a escasos 3 minutos andando del museo y la iglesia, el Raval 13 es un restaurante que nos encantó. El trato del personal fue fantástico y muy atentos con nuestro pequeño Eric.
No es un restaurante económico (pagamos cerca de 28€ por persona -sin alcohol-) pero la calidad de la comida merece la pena. El especial del día que nos pedimos, con base de pulpo, era simplemente delicioso.
Dormir en Llívia
Particularmente no hemos dormido ningún día en Llívia ya que el finde que pasamos por la zona pernoctamos en Puigcerdà (Hotel del Lago)
Por lo que hemos visto en Llívia, hay una buena oferta de apartamentos, varios con alquileres de temporada, y 2 o 3 hoteles que tienen muy buena pinta:
Qué ver cerca de Llívia: la preciosa Cerdanya
Llívia es un lugar muy bien situado para visitar toda la Cerdanya, tanto la Baja Cerdaña (parte española) como la La Alta Cerdaña (Cerdagne) que es la parte francesa.
Aparte de Puigcerdà, que está situada a escasos 10 minutos en coche, podemos visitar varios de los pueblecitos que hay en la comarca y algunos parajes naturales, cómo por ejemplo el Lac des Bouillouses (El lago de la Bollosa), que el lago a mayor altitud de los Pirineos al cual se puede acceder por carretera o con telesilla.
Cómo llegar a Llívia
Muy cercana a Puigcerdà Llivia está a 160 kilómetros de Barcelona y 176 kilómetros de Girona, la capital de su provincia.
Si venimos de las comarcas de Barcelona, el trayecto pasa por los Túneles del Cadí, recorrido, que como ya comentamos cuando hablamos de Puigcerdà, solo en peajes son 40€ (ida y vuelta).
Barcelona – Llívia en Transporte público
A nivel de transporte público, hemos visto que la misma ruta de la compañía Alsa que iba de Barcelona a Puigcerdà continua hasta Llívia (la frecuencia es de 2 autobuses al día y la duración del trayecto es de algo más de 3 horas)
La estación más cercana de tren a Llívia son la de Puigcerdà y Latour-de-carol, a unos 10 kilómetros del centro de la localidad. La línea que une Barcelona con la Cerdanya es la R3 de Renfe.
Si estamos por la Cerdanya, no podemos dejar de visitar Llívia, ya que aparte de ser un pueblo con bastante encanto tiene una historia detrás que lo hace diferente.
Esperamos que os haya parecido interesante nuestro post sobre Qué ver en Llívia, Girona. Os animamos a seguir leyendo más de la Cerdanya y de pueblos bonitos de Girona en nuestro blog.
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